El palacio de Catalina en «Anastasia»

Una de las dificultades del cine de animación, como ya dije al hablar de la Flora de «El Rey León», es que aquí no puedes cogerte la cámara, irte a una localización real y grabar sin más. No, pues en una película animada todos los decorados deben ser recreados desde cero. Y más si hablamos de una película histórica, como lo es «Anastasia», en la cual los animadores de la Fox se curraron un escenario tan magnífico como el Palacio de Catalina en su momento de mayor esplendor.

El palacio de Catalina

Una de las mejores formas de demostrar el trabajo de los animadores, es ver como recrean lugares reales como decorados para una película. En «Anastasia», la emperatriz viuda y abuela de Anastasia comienza así su relato:

«Hubo una época, no hace mucho tiempo, en la que vivíamos en un mundo encantado de elegantes palacios y grandes fiestas. Corría el año 1916, y mi hijo, Nicolás, era el zar de la Rusia Imperial.«

María Fiodorovna Romanov, la emperatriz viuda

Al hablar de esos «elegantes palacios» se refiere a maravillas arquitectónicas como el palacio que los animadores de la Fox recrearon con maestría para ambientar parte del argumento de la película. Es en este escenario donde el malvado Rasputín lanza su maldición sobre la familia Romanov, y a donde Anastasia regresará años más tarde en busca de su identidad olvidada.

Cuando vi esta película hace años supuse que este palacio debía ser el palacio de Invierno, el más famoso con diferencia de San Petersburgo. Pero más tarde, descubrí que en esta hermosa ciudad bañada por el mar Báltico hay otros palacios igual de impresionantes. La nobleza rusa tuvo mucho tiempo para disfrutar de su riqueza y opulencia construyendo palacios a cual más ostentoso. Y el que aparece concretamente en «Anastasia», es el palacio de Catalina.

La primera evidencia nos la da Anya cuando está preguntando direcciones en las calles de San Petersburgo. Apenas se les escucha entre el ruido de la calle y los diálogos de Vlad y Dimitri cuando pasan a su lado, pero si prestamos atención, se la oye preguntar por el mismo palacio de Catalina.

La segunda evidencia aparece con la vista cenital del palacio, donde puede apreciarse la forma de su planta y su tamaño. Su planta alargada es muy reconocible, y si la comparamos con la del verdadero palacio de Catalina vemos que coinciden a la perfección. Es un edificio situado a las afueras de San Petersburgo con una fachada de 300 metros de largo diseñada para sobrecoger a cualquier visitante nacional o extranjero.

Durante el reinado del zar Nicolás II, el palacio de Catalina se encontraba abandonado, y ni era la residencia oficial de la familia imperial ni lo usaban para celebrar fiestas; pero, en mi opinión, creo que si los de la factoría Fox decidieron recrear este palacio en detrimento de otros, fue porque querían dar una imagen más convincente del esplendor y elegancia propias de la realeza.

Y viendo el palacio de Invierno, lo cierto es que estoy de acuerdo con esa decisión. En contraste con el palacio de Catalina, rodeado de jardines y lejos del bullicio de la ciudad, el palacio de Invierno se encuentra en pleno casco urbano y rodeado de ruidos y tráfico. Casi parece un centro comercial con su aparcamiento. No es por desmerecerlo, pero en mi opinión, queda claro cual de los dos palacios luciría mejor en una película.

El salón de baile del palacio de Catalina

La tercera prueba que tenemos de que el palacio recreado es el de Catalina, es el salón de baile en el que Anastasia canta «Una vez en Diciembre», la canción más recordada de toda la película. Cuando se comparan las capturas de la película con el salón real se ve que los ventanales y los diseños geométricos de las baldosas del suelo son idénticos.

Detalles como estos demuestran que los animadores de Fox hicieron un buen trabajo previo de documentación. Peo eso no significa que no puedan servirse de alguna licencia artística, rediseñando ligeramente el salón de baile para hacerlo más impresionante.

Para empezar elevaron el techo. En el salón original no hay nada por encima de las ventanas, pero en el salón de la película las paredes continúan subiendo unos metros más hasta fundirse con una bóveda. En este nuevo espacio colocaron todos los cuadros de los que saldrían los «espectros» que aparecen mientras Anastasia canta, vamos esa gente tan feliz que son sombras para ella.

En el verdadero salón no hay nada más arriba de las ventanas, sólamente un techo plano con un fresco. Se ve con claridad que el techo ni es abovedado ni hay rastro de los retratos.

Y también, para aprovechar ese espacio vertical, añadieron unas escalinatas en cada extremo del salón, bien cubiertas por una alfombra roja y con el cuadro de la familia imperial donde, más tarde, quedarían destacados los ojos azules de Anastasia.