Maneki Neko, el gato que saluda
Un gato que saluda. Todos hemos visto alguna vez esas figuras de cerámica originarias de Japón que representan a un gato sentado y saludando con una pata levantada. Estas figuras se llaman «Maneki Neko» (del japonés «el gato que saluda»), y son la representación terrenal de un dios felino que aporta buena suerte y fortuna a su amo. Vamos a verlo.

Los Maneki Neko se colocan en los negocios para atraer clientes y dinero a su propietario. En los hogares, protegen de malos espíritus y desahucios de los bancos a quienes le cobijan. Y en las páginas web, mejoran el posicionamiento en los buscadores y alejan a los trolls y los spammers. O eso dicen.
El medallón dorado con caracteres japoneses que llevan los Maneki Neko es un koban, una moneda ovalada de oro que fue acuñada en Japón durante el periodo Edo, cuando este país se cerró virtualmente a los visitantes extranjeros y al comercio exterior. Curiosamente, el Pokémon Meowth también lleva una moneda koban engarzada en la frente, prueba de que este gato malhablado está basado claramente en el Maneki Neko.


Desde la antigüedad, Japón es conocido como el país de los dioses. Desde el mar hasta las montañas, desde un solo árbol hasta una sola piedra, en el país del Sol Naciente creen que los dioses habitan en todas las cosas y rigen el destino de los mortales. Como todos los mitos, la creencia del Maneki Neko tuvo su origen en una época de mitos y supersticiones. La leyenda más popularmente aceptada se remonta a principios del periodo Edo en el siglo XVII, con Japón cerrado al público y bajo el férreo dominio de los samuráis.
Un buen día, un señor feudal llamado Naotaka regresaba de una cacería y fue sorprendido por una brutal tormenta a las afueras de Tokio. Corrió a resguardarse de la lluvia debajo de un árbol. Cerca de allí, Naotaka vio un templo medio derruido y se percató de que un gato le estaba haciendo señas desde la puerta, como invitándole a acercarse. Extrañado, Naotaka dejó atrás el árbol y se acercó al lugar donde el esperaba aquel gato. De repente, un rayo impactó contra el árbol que acababa de abandonar y estalló en llamas. Ese gato que llamaba sin duda le había salvado de morir.
Luego supo que aquel templo medio derruido estaba regido por un pobre monje que vivía en la miseria y compartía su escasa comida con ese gato, llamado Tama. Naotaka se hizo amigo del monje y mostró su agradecimiento, restaurando y trayendo nueva prosperidad al templo otrora ruinoso, y ni el monje ni Tama volvieron a pasar penurias. Tras la muerte años después de Tama, el monje enterró al gato junto al templo y levantó una estatua en conmemoración. Así nació la figura del Maneki Neko y su mito.
Aunque la leyenda no dice nada sobre ello, estoy convencido de que Tama, el gato que originó el mito del “gato que saluda”, se trataba realmente de una hembra y que los Maneki Neko de cerámica que encontramos actualmente representan a una gata.
Tengo buenas razones para así creerlo.
La primera prueba la encontré al ver la serie de anime japonesa «Binbougami Ga!«, que por cierto os la recomiendo (es solo una temporada de 13 episodios que te la ves en una tarde). En esta serie aparee una gatita de nombre Tama (igual que el gato de la leyenda) que puede transformarse en un Maneki Neko para proteger a su nueva dueña, que la acaba de adoptar. Estoy seguro que los creadores de «Binbougami Ga!» se basaron en el mito original para crear a la versión animada de Tama, y decidieron que fuera una hembra. Nadie mejor que los habitantes del País del Sol Naciente para conocer e interpretar su propia mitología.


La segunda prueba la encontré al investigar un poco sobre los Maneki Neko de cerámica. Hoy en día se fabrican Maneki Neko de muy diversos colores, al gusto del consumidor, con cada color ofreciendo distintas propiedades al usuario: dorados, azules, blancos, negros… Sin embargo, y según parece, los Maneki Neko más apreciados y con un efecto benéfico más poderoso son los tricolores, que presentan manchas redondas de centro negro y borde anaranjado sobre un fondo blanco. Tienen en efecto tres colores: blanco, naranja y negro.

¿Y eso por qué? ¿Por qué los mejores Maneki Neko son los de pelaje tricolor? Porque así el dueño del “gato que saluda” se asegura de que el minino que está protegiendo su hogar o negocio es una hembra, pues da la casualidad de que entre los gatos solamente las hembras pueden mostrar tres colores a la vez en su pelaje. Todo debido a las leyes de la genética.
En los gatos, el color de las manchas en el pelaje se encuentra determinado por un gen localizado en el cromosoma sexual X, y según sea la variante alélica del gen las manchas serán negras o naranjas. Los machos (que como todos sabéis, tienen los cromosomas sexuales XY) portan solamente un cromosoma X, por lo tanto solo pueden expresar uno de los colores en sus manchas, sea el negro o el naranja, dependiendo del gen que le haya tocado en su único cromosoma X.
En cambio, las hembras (XX) sí que pueden llegar a poseer los dos genes distintos a la vez, uno en cada cromosoma X, que al expresarse darán como resultado una gatita tricolor con manchas negras y naranjas sobre un fondo blanco. Como solo una gata puede reunir los dos genes, podemos estar seguros (sin necesidad de levantarle la falda) de que cualquier gato tricolor que veamos se tratará de una hembra con seguridad. Por cierto a estas gatas de tres colores también se las llama gatas calicó o carey.
De hecho, si algún día os animáis a adoptar un gatito y queréis aseguraros de escoger una hembra, coged un gatito tricolor y acertaréis de pleno con la elección. Igualmente cuando os hagáis con un Maneki Neko para colocarlo en vuestra casa o negocio, si creéis en las leyendas antiguas y en el poder de la suerte, no os conforméis con cualquier “gato que saluda”. Buscad una gata tricolor, como hice yo 😄.
