Bajo los ojos de un Big Daddy
Una niña pequeña vaga por las calles de una ciudad donde ni reyes ni dioses tienen cabida. Muchos son los peligros que acechan en la oscuridad, pero ella está tranquila. Sabe que puede contar con su padre, una bestia acorazada que atacará ciegamente por devoción a su criatura. Os hablo de un padre protegiendo a su hija. Os hablo de un «Big Daddy» protegiendo a una «Little Sister». Os hablo de «Bioshock».

Para los neófitos, diré que Bioshock es un videojuego de disparos en primera persona del 2007 que destaca por la profundidad de su argumento y una ambientación muy cuidada. Ya ha tenido algunas secuelas desde entonces que han conseguido expandir la historia hasta límites insospechados, aunque de momento no voy a contar muchos detalles del juego. Jugar a Bioshock es una experiencia que merece ser vivida, y no quiero ser yo quien os haga spoilers.
En este artículo, hablaremos sobre los personajes más carismáticos de Bioshock, los «Big Daddy», y analizaremos su comportamiento paternal y el de ciertos animales. Pero antes de nada, os tendré que presentar a las «Little Sister», pues sin ellas los Big Daddy no tienen motivo de existencia.
Las «Little Sister», niñas en la oscuridad
La historia de «Bioshock» se desarrolla en la ciudad sumergida de Rapture. Construida a mediados del siglo XX en algún lugar bajo las aguas del Atlántico Norte, es una ciudad aislada del mundo exterior donde el hombre es libre. Los mejores científicos y artistas de la época llegaron y se establecieron en Rapture, atraídos por la promesa de un lugar donde desatar su ingenio e imaginación sin ataduras morales, éticas o legales. Allí no hay dioses ni reyes. Solo el hombre.

Durante la construcción de Rapture, descubrieron entre el fango del fondo oceánico una babosa marina que secretaba un compuesto capaz de resucitar células dañadas y reescribir el genoma de cualquier organismo. Esta sustancia maravillosa, a la que llamaron ADAM, si era combinada con plásmidos genéticos podía dotar a los humanos de ciertas habilidades sobrenaturales como lanzar descargas eléctricas por las manos, encender fuego con un chasquido de dedos o poderes criogenéticos como Elsa.
En la utópica sociedad de Rapture, el ADAM fue bien recibido y tuvo un éxito inmediato de ventas. Pero no tardaron en aparecer los problemas.
Además de maravilloso, el ADAM también resultó ser muy adictivo y la población demandaba más y más a medida que se sucedían los crímenes y los asesinatos. La escasez y la creciente adicción volvían a la gente más paranoica y violenta, a medida que las babosas marinas empezaban a agotarse y la situación se descontrolaba.
Por fortuna, las mejores mentes de Rapture encontraron la forma de multiplicar la producción de ADAM con el fin de satisfacer a los consumidores, aunque fuera de un modo inmoral.
Descubrieron que si asociaban simbióticamente las babosas de mar en el tubo digestivo de un hospedador humano, cuando este ingería un poco de ADAM la babosa secretaba un volumen 30 veces mayor. La solución adoptada fue implantar las babosas a niñas de corta edad, que resultaron ser las hospedadoras más estables para las babosas (caprichosos que son los gasterópodos); y de esta manera, dio comienzo el programa «Little Sister».
Básicamente consistía en reclutar niñas pequeñas en los orfanatos (o secuestrarlas sin miramientos) e implantarles una babosa en las paredes del estómago. Luego se les hacía olvidar por completo su vida anterior, al tiempo que las niñas eran condicionadas mentalmente para explorar sin descanso las oscuras galerías de Rapture tomando el ADAM de los cadáveres que sembraban la ciudad.

Sin embargo, las Little Sister resultaban un blanco muy atractivo e indefenso para la población sedienta de más ADAM. Después de todo sólo eran niñas, y hubo que iniciar un programa de protección para las pequeñas recolectoras. Así es como los científicos de Rapture concibieron a los «Big Daddy», los personajes más reconocibles de la saga «Bioshock».
Los «Big Daddy», padres acorazados protegiendo a sus hijas
Los «Big Daddy» son humanos ultramutados y masivos cuyos tejidos se han fusionado con trajes de buzo acorazados. Van armados con enormes taladros, arpones o pistolas de remaches según los distintos modelos. Fueron diseñados para ser fuertes e imparables, y durante su entrenamiento se les dotó de un poderoso instinto paternal que les impulsa a proteger a las «Little Sister» a toda costa. Al igual que a las niñas, se le hizo olvidar su vida anterior y despojó de voluntad.

La elección de los sujetos humanos para ser transformados en Big Daddy fue al estilo inmoral de Rapture, faltaría más: secuestrando mendigos, presidiarios y agitadores y sin pedirles consentimiento informado.
Los Big Daddy ponen toda su fuerza al servicio de las Little Sister, y mientras paseas por los túneles de Rapture es frecuente encontrarse con la misma escena: una niña paseando despreocupada bajo la protección de su enorme guardaespaldas acorazado. Estas parejas rara vez se separan, y si cualquier habitante de Rapture se atreve a ponerle la mano encima a una niña, su Big Daddy atacará salvajemente hasta neutralizar la amenaza.
Los Big Daddy se han ganado a pulso ser el símbolo internacional de la saga Bioshock. Son enemigos duros de matar, pero a la vez carismáticos y parte fundamental de una historia profunda como el mar. Y en mi opinión personal, cada vez que derrotas a uno te despiertan un poco de lástima cuando piensas que, en verdad, sólo son padres abnegados protegiendo a sus hijas.
Machos que crían en solitario
Vamos a ir entrando en materia. ¿Por qué hablo de «Bioshock» en «AdenofreakTP»? Pues porque en la naturaleza existen animales que nunca conocen a su madre y pasan su primera infancia bajo la protección de sus propios y violentos Big Daddy. Por ejemplo, los machos de percasol (Lepomis gibbosus) construyen nidos en aguas poco profundas y permiten que las hembras dejen sus huevos para que ellos los fertilicen y los vigilen.

Aunque en nuestro contexto humano veamos bastante normal eso de que un padre proteja a sus hijos, en el reino animal es una situación muy poco común. Por machista que pueda sonar, el cuidado de las crías suele ser asunto de las hembras, o a lo sumo de ambos miembros de la pareja; pero en raras ocasiones puede verse un macho solitario cuidando y protegiendo a sus crías.
Si hablamos de una especie que concede cuidados parentales, el comportamiento paternal solo puede darse cuando se reúnen dos condiciones:
1. La madre no es necesaria para alimentar a las crías.
Protección y educación pueden ser proporcionadas por cualquier macho, pero en algunos animales la alimentación de los pequeños depende en exclusiva de su madre. Aquí quedarían excluidos todos los mamíferos, a los cuales la evolución ha dotado a madres y cachorros de un fuerte vínculo materno-filial que asegura la lactancia de la cría, y por tanto su supervivencia.
En el caso de las Little Sister, dicho vínculo fue suprimido durante su conversión. Las pequeñas recolectoras de ADAM no necesitan leche ni cuidados maternales para cumplir con su misión, y el mismo concepto de «madre» es algo impensable.
2. Existen mecanismos para el reconocimiento paterno-filial.
Esto hace que los hijos se sientan seguros junto a su padre, y que este reconozca a los pequeños como suyos. Así la agresividad típica de los machos queda enfocada a la protección y se evita que puedan tomar a sus hijos como extraños o presas.
Las Little Sister fueron educadas durante su condicionamiento a reconocer a sus padres tanto por su aspecto físico como por su voz. Los sonidos graves que emiten los Big Daddy son muy característicos, recordando fuertemente al canto de las ballenas. Si una niña puede oír a su padre, estará tranquila y se sentirá segura.
Además, y como mecanismo de seguridad, las Little Sister y sus papis pueden reconocerse mutuamente mediante las feromonas con las que están impregnados. De esta manera, la relación padre-hija queda establecida a prueba de toda interferencia externa.
Las condiciones que acabamos de ver hacen que sean muy pocas las especies animales en las que el macho cuide en solitario a sus crías. En la próxima entrega, conoceremos a algunos Big Daddy del reino animal y que ventajas evolutivas han podido obtener de tal comportamiento.
