Plumas de Valquiria – Silmeria

Por fin terminó la larga espera. Despues de hablar de Lenneth en la anterior entrega de «Plumas de Valquiria», hoy le toca a Silmeria, la doncella guerrera más joven de «Valkyrie Profile». Ha llegado el momento de analizar las plumas de la valquiria rebelde y ponerle así el broche de oro a esta trilogía dedicada a las valquirias nórdicas y las aves del norte de Europa.

La saga termina aquí.

Silmeria, la valquiria rebelde

Os presento a Silmeria, la más joven y temperamental de nuestras valquirias. Es una doncella que encarna el genuino estereotipo «belleza escandinava»: piel clara, ojos azules y cabello dorado y liso. Silmeria es una adolescente de espíritu puro en el umbral de la vida adulta, siempre preparada para plantar cara a las normas establecidas, aunque sean las leyes de Odín. Nadie le obligará a ir contra sus deseos. Ella decide su propio rumbo por el mundo y, si es preciso, defenderá a los inocentes espada en mano.

Silmeria lleva tres plumas barradas a cada lado del casco.

Silmria lleva tres plumas blanquinegras engarzadas a los escudetes temporales del casco. Estas plumas con rayas transversales reciben el nombre de plumas barradas o barreadas. Son bastante comunes entre las aves y, en algunos casos, pueden decirnos por si solas a qué especie de ave pertenecen.

Por ejemplo, las plumas azules y barradas del arrendajo común (Garrulus glandarius), son muy características de este pájaro. Tan solo con encontrar tales plumas sueltas por el suelo del bosque, podemos deducir inequivocamente que allí viven arrendajos. No hay lugar a dudas.

Las plumas de la valquiria rebelde, además de plumas rectrices, son barradas y con bandas blancas y negras. Existen varias aves del norte de Europa que podrían servirle a Silmeria para tomarle prestadas las plumas. Sin embargo, si examinamos con detalle su armadura, veremos que sólo existe una opción posible.

Cuando comparamos la armadura rosada de Silmeria con la se sus hermanas, vemos que nuestra joven valquiria ha apostado por mejorar la agilidad de sus movimientos, aunque haya tenido que desprenderse de parte de su protección acorazada. Las placas que le cubren el pecho y la espalda (llamadas peto y espaldar, igual que las tortugas), se interrumpen en el abdomen, en lugar de unirse hasta la pieza que protege las caderas. Tampoco lleva faldones que cubran sus piernas, ni blindaje entre el hombro y el codo. De hecho, como pasaba con Lenneth, su mismo casco carece de recubrimiento acorazado por encima y en la nuca, haciendo posible que Silmeria luzca una melena tan abundante.

La armadura de Silmeria es más ligera que las de sus hermanas mayores.

Además de dejar al descubierto la túnica de lino que viste, esta armadura tan reducida libera de un peso extra a la valquiria rebelde. Gracias a eso, Silmeria puede girar las caderas independientemente del tórax, inclinarse hacia adelante sin demasiado esfuerzo y alzar las piernas con facilidad. Correr, saltar y esquivar no suponen problemas para ella.

En los bosques europeos existe un ave depredadora capaz de volar ágilmente a través de densas arboledas detrás de sus presas. Como nuestra valquiria, esta rapaz diurna apostó a lo largo de su evolución por la agilidad y flexibilidad de sus movimientos, y por si fuera poca semejanza, en su cola tiene las plumas barradas que tanto le gustan a Silmeria. Esta ave es el azor norteño (Accipiter gentilis).

Azor norteño (Accipiter gentilis)

Como los demás miembros del género Accipiter, la anatomía del azor le ayuda a cazar entre los árboles. Sus alas son cortas y anchas, y su larga cola le permite maniobrar con gran maestría entre las ramas, cambiando de dirección sin apenas reducir la velocidad de su vuelo. Cuando se cruza con alguna presa potencial, sea una ardilla o un pájaro, gira bruscamente y la captura antes de que se recupere de la sorpresa; y si queréis un buen ejemplo, ved en acción al hermano pequeño del azor, el gavilán (Accipiter nisus). Es impresionante con qué fluidez se mueve entre árboles, ramas y cercados.

En conclusión, la joven Silmeria decidió perder parte de su defensa, ganando a su vez la flexibilidad y la velocidad que la distinguen de sus hermanas mayores en la lucha. Por eso, considerando asimismo lo semejantes que son las plumas rectrices del azor norteño y las plumas de su casco, estoy convencido de que Silmeria escogió como ave representativa a esta rapaz de los bosques boreales.


Bien, hasta aquí llegó «Plumas de Valquiria». Divagar acerca de estas doncellas guerreras en toda su belleza y esplendor ha sido un verdadero placer para este bloguero. Por ahora he terminado con Hrist, Lenneth y la joven Silmeria, pero ¿quién puede conocer los designios divinos? Quizá algún día estas diosas nórdicas regresen para contarnos algo más.

Gracias a todos por llegar hasta el final.

Entradas relacionadas

Plumas de Valquiria
Gárgolas, valquirias y la «Paradoja del pecho bonito»
La desdicha de la valquiria rebelde
Suigintou y el abdomen de los mamíferos

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *