Fauna de Animación – Frozen
Dicen que «Enredados» marcó el renacimiento de la factoría Disney, y es verdad. Pero si aquel fue un soplo de aire fresco, «Frozen» fue una gélida ventisca que arrasó con cualquier duda de lo que los animadores y guionistas de Disney eran capaces de hacer. Demostraron que podían mantener el nivel, e incluso superarlo. Y nos regalaron dos princesas animadas, canciones de ensueño y mucha magia sobre hielo.
Antes de nada. La reina Elsa ya tiene una entrada para ella sola en «AdenofreakTP», donde hablo de su estrecha relación con las bacterias nucleadoras de hielo. Por lo tanto, en esta ocasión será la princesa Anna quien se lleve el protagonismo. Que ella también lo vale, faltaría más.
Anna, princesa de Arendelle
Dos hermanas inseparables. Así eran Anna y Elsa, un par de princesitas que vivían felices con sus padres, sin más preocupaciones que crecer juntas y divertirse a todas horas. La vida era bella…
… hasta que la fatalidad se interpuso entre ellas. Los crecientes poderes criogenéticos de Elsa hicieron que sus padres, temiendo por la vida de sus hijas, se decidieran a mantenerlas separadas. Elsa y Anna crecieron aisladas la una de la otra, aunque de un modo muy distinto:
- A Elsa le enseñaron a temer sus poderes y reprimir sus sentimientos, haciéndole creer que lo peor que podría ocurrir es que su secreto saliera a la luz. Nadie debía enterarse, ni siquiera su hermanita.
- Anna, por su parte, nunca supo la razón de su separación y le hicieron perder toda memoria acerca de los poderes de Elsa. Tan solo vio que de repente, su hermana la apartó de su lado y se distanciaban cada vez más.
Ya sabemos lo que ocurrió. Después de perder a sus padres, Elsa debía ocupar su lugar como reina de Arendelle, y en la fiesta tras la coronación, su gélido secreto quedó al descubierto y se vio obligada a huir. A sus espaldas, quedaba un reino sumido en un invierno eterno y una joven pelirroja con las ideas muy claras.
Ahora que comprendía cuánto había sufrido Elsa en silencio, Anna no vaciló en salir inmediatamente tras ella con la intención de rescatar a su hermana y, ya de paso, descongelar el reino de Arendelle. Es aquí cuando Anna demostró que no era una princesa corriente.
¿Qué podríamos decir de Anna? Como todas las princesas Disney, es una belleza con corazón de oro, que sabe vestir con mucho estilo allá donde vaya y además tiene una voz angelical, para regocijo de los espectadores. Sin embargo, Anna también es espontánea y muy divertida, siendo esta la primera vez en que una princesa Disney no es solo la protagonista, sino también el principal alivio cómico de su película (mucho mejor que Olaf).

Pero, eso sí, Anna no pierde en ningún momento su elegancia ni cae en el ridículo. A pesar de sus payasadas, Anna es un personaje muy equilibrado capaz de dar la talla en momentos decisivos, y comparte con su hermana Elsa buena parte de la carga dramática de la historia. Puede hacernos reír, y también sabe hacernos llorar.
Como curiosidad, Anna y Elsa son las primeras princesas Disney que han interactuado entre sí, puesto que coexisten en la misma película. El resto de princesas (Ariel, Bella, Cenicienta, Blancanieves y las demás) pertenecen a sus respectivas películas y nunca se conocieron hasta su aparición estelar en «Ralph rompe Internet». Eso si no contamos el cameo de la princesa Rapunzel cuando Anna sale del castillo.

Pero basta ya de palabrería. Mucho podríamos hablar sobre la princesa Anna y los personajes que la rodean, pero en esta entrada hablaremos de renos y otros animalillos. Al fin y al cabo, esto es «Fauna de Animación».
Animales de «Frozen, el Reino del Hielo»
La casualidad quiso que Anna fuera a encontrarse con alguien que sabía justo donde estaba su hermana: Kristoff y su reno, Sven. Esta extraña pareja, dedicada a la venta de hielo, ha visto como su medio de vida se ha ido al garete en cuanto Elsa ha aplastado la demanda de hielo trayendo el invierno en mitad del verano. Por suerte, Anna consigue convencerles de unirse a su compañía.
En la película sólo dan unas pocas pinceladas sobre su historia. Kristoff y Sven viven juntos desde pequeños, fueron criados por los trolls de las montañas y aprendieron el oficio de vendedor de hielo. Humano y reno han llegado a conocerse muy bien, hasta el punto de prácticamente leerse el pensamiento con una sola mirada. Hasta se atreven a cantar canciones a dúo.

– La gente te grita y te da con un palo. Todos me tratan mal menos tú.
– Mas la gente huele mejor. Sven, ¿no crees que es verdad?
– Es cierto también, todos menos tú.
Sven es un reno (Rangifer tarandus), y de entre las muchas subespecies de estos cérvidos que viven en torno al Círculo Polar Ártico, pertenece a la subespecie escandinava (Rangifer tarandus tarandus). Los renos europeos fueron domesticados hace siglos por los pueblos escandinavos, utilizados como animales de tiro y criados por la leche, la carne y la lana. Actualmente, casi todos los renos europeos viven en condiciones de semi-libertad y apenas quedan poblaciones puramente salvajes.

Sven puede estar orgulloso de ser el único reno cinematográfico que no tiene nada que ver con las fiestas navideñas, al menos que yo sepa. Todos los demás son voladores y en nochebuena tiran de trineos pilotados por gordos barbudos vestidos de rojo. Pero Sven no; es un reno y punto. Y bien orgulloso que está.
No podían faltar los caballos en una película Disney, todos pertenecientes a la subespecie Equus ferus caballus. Aquí hay que nombrar primero a los caballos particulares de Anna y el príncipe Hans, que son de raza Fjord. Los ejemplares de esta raza, reconocibles por su pelaje blanco-amarillento y la combinación de cabellos blancos y negros en las crines, son oriundos de Noruega y en mi opinión muy apropiados para la ambientación de Arendelle.



También están los caballos de tiro pesado que utilizan los vendedores de hielo para cortar la banquisa y luego transportar el hielo cortado en bloques. Estos no sabría decir de que raza son.

Nada más emprender su viaje hacia el norte, una jauría de lobos empiezan a perseguir a la «compañía de Anna», y se salvan de milagro. Nuestra princesa descubre por qué Kristoff insistía en esperar hasta el amanecer para salir.


Los lobos salvajes acostumbran a mantenerse lejos de los humanos por su propio bien, aunque llevados por el hambre y un brusco cambio climático (como el invierno eterno que provocó Elsa), estos depredadores pueden perder su miedo instintivo y volverse realmente peligrosos.
Concretamente, estos lobos deben ser de la subespecie europea (Canis lupus lupus) que es la única presente en la península escandinava.

Mientras Anna canta «Por primera vez en años» y espera impaciente a que abran las puertas del castillo, se encuentra a una hembra de ganso doméstico (Anser anser domesticus) con unos cuantos ansarinos, que es como se llama a los polluelos de ganso.
Llama la atención que la madre ganso permita que una persona se acerque a sus hijos, y hasta los coja en brazos, cuando lo normal es que los protejan celosamente. Debe ser uno de los beneficios de ser una princesa Disney.


Cuando Olaf interpreta su número musical de «En verano» donde habla de todo lo que le gustaría hacer cuando llegue el verano (derretirse, por ejemplo), podemos ver unos abejorros (Bombus terrestris) zumbando a su alrededor. Precisamente, los abejorros suelen ser los primeros insectos polinizadores que aparecen al final del invierno y marcan el comienzo de la primavera, justo lo que más desea el muñeco de nieve.


Ya vamos acabando. Dentro de la misma canción, Olaf se marca un numerito de vodevil con unas gaviotas, con sombreros de paja y bastones a juego. Es complicado saber de qué especie se trata, pero quizá sean gaviotas canas (Larus canus). La gaviota cana es una de las aves costeras más comunes de Escandinavia y el norte de Europa, y en Arendelle no sería raro encontrarla en playas y puertos.



El asunto del duque de Weselton
En la versión original de «Frozen, el Reino del Hielo» aparece un juego de palabras intraducible que merece la pena citarlo antes de terminar, en interés del reino animal.
En la fiesta tras la coronación, el mayordomo real presenta ante la reina Elsa y la princesa Anna a un dignatario extranjero, el duque de Weselton. Sea o no por accidente, el mayordomo pronuncia mal el país del Duque, y en vez de decir «Weselton» dice «Weasel Town», que traducido al castellano viene a significar literalmente «pueblo de las comadrejas».
Me parece una forma muy apropiada de tratar a este hombrecillo odioso y ridículo (tanto que en ciertos momentos da auténtica vergüenza ajena) que solamente busca acercarse a la Reina Elsa para firmar un contrato comercial que le permita explotar los recursos naturales de Arendelle.
Aunque realmente las comadrejas no tienen ninguna culpa, ni relación con este personajillo. La comadreja común (Mustela nivalis) es el mamífero que se les viene a la cabeza a los personajes cuando oyen lo de «Weasel Town». Es un pequeño carnívoro, ágil y adaptable, englobado con armiños, nutrias y visones en la familia de los mustélidos.
